SHEMOT
Shemot: 1:1-6:1
“Comunidad en formación con marcada tendencia a someterse a situaciones de esclavitud busca líder. Dedicación full-life. Requisitos: Apego a las leyes del pueblo judío (excluyente). Capacidad reflexiva, y decisión en sus juicios con fuerte tendencia compasiva para dirimir y ejecutar."
Éste podría haber sido el aviso que se publicara en algún periódico de la época de nuestros hermanos en Egipto. Justo unos días antes del encuentro de Moshé con la manifestación de Dios delante suyo como lo fue el Sné Boer, la zarza ardiente.
Según algunos comentaristas, ESE es el momento fundacional del liderazgo de Moshé. Momento en el cual se empoderó a un nuevo líder, pero más allá del poder, la prueba era también si estaba dispuesto a poner manos a la obra, a estar en el día a día con la convivencia con este pueblo tozudo. No se trataba sólo de tener el poder como líder, sino de llegar a cada uno de los miembros del pueblo y llevarlo adelante por una de las travesías más complicadas en la cual, además, debían crecer, institucionalizarse y unirse.
Un proceso que debía ser llevado adelante con inteligencia, con sabiduría, pero también con compasión y leyes claras.
Quizás el momento previo al encuentro con el enviado de Dios en la Zarza, es el fundamental en esto de diferenciar el poder del nuevo líder y la capacidad de ese líder para conducir al pueblo. EL momento es cuando La Torá nos cuenta que Moshé se va más allá del desierto (ajar hamidbar), para pastorear las ovejas de su suegro. Parece un momento vano y sin mayor importancia, pero si lo vemos con ojos más analíticos, veremos que es la previa al gran encuentro, y la exégesis no lo deja como un episodio solo descriptivo de qué es lo que estaba haciendo Moshé en un día que parecía ser común.
La pregunta que se nos presenta, es por qué Moshé llevó a las ovejas de su suegro a pastar tan alejado. Rashi nos responde que Moshé era un cuidadoso de la ley, y quería evitar el inmiscuirse en peleas con posibles habitantes vecinos acerca de las pasturas, y que eligió alejarse.
A su vez, el italiano Sforno, nos explica que la intención era simplemente alejarse del bullicio del día a día para meditar. Alejarse y reflexionar.
Finalmente es el midrash del séfer Bereshit quien nos agrega que Moshé cuidaba de las ovejas y se preocupaba al verlas sedientas y las llevaba en le desierto ocupándose sensiblemente de sus necesidades, a lo cual el Kadosh Barujhú, manifestó que si podía cuidar con tanto esmero a las ovejas de su suegro, seguramente iba a poder cuidar a su pueblo.
Los tres skills que requeríamos en el aviso de búsqueda de líder, estaban en la personalidad de Moshé, y en su comportamiento. Y fueron ESAS características las que hicieron de él un líder del cual iban a hablar y recordar generaciones posteriores. No por ser el elegido de Dios, sino por haber logrado adueñarse de ese rol, de ese poder, y hacerlo propio con sus propias acciones y méritos.
El cóctel del líder, como dijo el Rab Surazski, es aquél que tiene un poco de estadista, un poco de mística y un poco de pastor.