SHOFTIM
Devarim 16:18-21:9
Si querías una parashá que te dejara pensando en varias temáticas con una sola lectura, esa es la que nos convoca esta semana.
Parashat Shoftim, tiene entre otros temas, una de las frases de la Torá más tristemente conocidas: “Tzedek, tzedek tirdof”, Justicia, justicia perseguirás. Más allá de convertirse en una especie de slogan por la voladura de la AMIA, en Buenos Aires y para tantos otras injusticias alrededor del mundo, la frase en sí es extraña. Cuál es el sentido de la repetición de la palabra “justicia”?
Para encontrar una posible respuesta, paseemos un poco por los temas de los que nos habla la parashá, o algunos de ellos.
Shoftim comienza hablando del establecimiento de los tribunales de justicia y del respeto debido a ellos aún en un posible desacuerdo con el veredicto. El relato, entonces, pega un salto y pasa a contarnos acerca de las obligaciones del rey de Israel y las limitaciones de sus poderes...y de allí, otro salto hacia el tema de la guerra, y el comportamiento que debemos tener aún en una situación en la cual pareciera que no existen límites aparentes como lo son los enfrentamientos armados.
Quizás, si leemos con atención, veremos que las temáticas no son tan dispares como parecen. El punto central es mantener la justicia, en todo momento, en toda situación, y desde cualquier punto de vista que podamos tener.
Estando en guerra, y me refiero a cualquier tipo de enfrentamiento que tengamos, es fácil desmadrarse. Es usual ante una victoria frente al otro, o una postura exitosa, sacar provecho del “vencido”.
Para el caso del rey, la Torá es terminante: ‘Y será cuando (el rey) se sentare sobre el trono de su reino, escribirá para él la copia de esta ley sobre un libro...y estará con él, y la leerá todos los días de su vida’ (Devarim 17, 18-19)
El rey debe tener frente a sí la Torá en todo momento. Y debe recordarla y recordarse quién está por encima de él: no sólo Dios, sino sus gobernados. Entendiendo que es rey, sólo porque hay un pueblo al que él se debe en rectitud de servicio y entrega.
Ésto que resulta tan claro cuando lo leemos, es lo que más fácil se olvida la gente cuando llega a un lugar de poder. Sea un rey, sea un presidente, un dirigente o cualquier lugar en el cual sintamos la extraña, engañosa y placentera sensación de poder. Es común que se haga uso de ese poder, incluso en casos innecesarios como simple muestra de dominio o superioridad.
Es que, por lo general, sólo tomamos conciencia de nuestra fragilidad y de quiénes somos realmente, ante el dolor, o la tragedia, o la falta. En cambio, cuando la providencia divina o incluso, nuestra capacidad, por qué no, nos muestra su mejor cara, nos es fácil confundirnos y sentirnos más soberanos de los que somos en realidad.
Allí es donde debe aparecer “Tzedek, tzedek tirdof”. Porque incluso a la justicia, la debes perseguir CON justicia. Aún cuando estés tentado a seguir un camino que puede resultar injusto para con otros, y ese camino parezca más fácil, debes torcerlo y buscar otra salida.
Esa es la relación que hace Rashi. No es que el hacer justicia te garantiza el triunfo en una guerra, cualquiera fuera tu “guerra” en la que estés involucrado. Es que si tu “guerra” la ganas olvidándote de la justicia...entonces, has perdido. Y TODOS han perdido.
Ya estamos transitando Elul. Tiempo de revisión y reflexión. Tiempo de vernos en serio hacia adentro sin pasar por alto ninguna falla. Implacables con nosotros. Para ser justos con los otros.
Dale lugar a esa revisión. Dale lugar a reconocer errores. Y dale lugar a reconocer cuando frente a ti alguien lo ha reconocido y busca el cambio.
Tenemos más claro el proceso de teshuvá, del arrepentimiento, pero no tan claro el proceso del perdonar y reconciliarnos. Y eso ES también parte del buscar justicia. Poder ver en el otro quien puede cambiar, y darle el lugar para hacerlo.