top of page

Devarim 3:23-7:11


Este shabat tiene doble denominación.

Por un lado es Shabat Vaetjanan. Que corresponde a la lectura de la parashá de ese nombre, la segunda del libro de Devarim (Deuteronomio).

Por otro lado, es Shabat Najamu, del consuelo.

Luego de los tres shabatot de reproches o de aflicción (depuranuta), este es el primero de los siete shabatot de consuelo (denejemata) que siguen al 9 de Av.

En las próximas siete semanas nos consolamos de la terrible pérdida espiritual que generó la destrucción del Beit Hamikdash. Pero también nos consolamos de la pérdida de la espiritualidad que sobrevino a nuestro pueblo y que llevó a la destrucción. Las luchas intestinas y la falta de respeto a los límites y derechos del otro y el descompromiso con la tradición condujeron a nuestros antepasados a un desgobierno que dejó que la destrucción fuera posible.

Luego de la angustia, viene el consuelo, la reflexión, y la reconstrucción. Por eso existen 7 shabatot de consuelo. Más del doble de los 3 de angustia y reproches. Porque la reconstrucción de las almas, del espíritu y de la comunidad, requirió tiempo y reencuentro paulatino para un bien común y un proyecto en común

Y las palabras del profeta nos sumergen en la reflexión acerca de la unicidad de Adonai y la banalidad de la idolatría en clara referencia al texto de la parashá en la cual leemos el Shemʿá Israel, texto declamatorio de la creencia del pueblo judío en un Dios único; y los 10 mandamientos, como una especie de bálsamo con el cual curar las heridas de dolor y reafirmar las bases de aquello que nos sostuvo por generaciones unidos como pueblo.

El mensaje es claro. Las destrucciones requieren el reafirmado de las bases para sostener aquello que deseamos reconstruir. En unión. En armonía. En forma paulatina.

Quiera Dios que aquello que nos mantuvo unidos, nos siga sosteniendo como Comunidad encaminada hacia un modelo mejor, con objetivos claros de trabajo y respeto mutuo.

Entradas relacionadas

Ver todo
bottom of page